Panorama sectorial de la industria aseguradora (4º trim. 2020)

Autor: MAPFRE Economics

Síntesis de conclusiones del informe:
MAPFRE Economics
Panorama económico y sectorial 2020: perspectivas
hacia el cuarto trimestre
Madrid, Fundación MAPFRE, octubre 2020

La economía mundial continúa sumida en una situación sin precedentes, con efectos importantes sobre el sector asegurador. Como resultado de la pandemia, la economía global está sufriendo una contracción abrupta, si bien mejoran ligeramente las previsiones en cuanto al fuerte retroceso económico estimado para el conjunto del año 2020. Sin embargo, la recuperación futura prevista será más lenta, sujeta a gran incertidumbre (a consecuencia de los rebrotes de la enfermedad, pero también a los avances en cuanto a vacunas y tratamientos), desigual por países y por sectores de actividad, haciendo que el sector asegurador resulte afectado de forma negativa, pero en menor medida que otros sectores más vulnerables a los riesgos de la crisis sanitaria provocada por la pandemia.

A diferencia de otras crisis económicas, las medidas que están adoptando las autoridades monetarias y los gobiernos a nivel mundial tampoco tienen precedentes. La rápida intervención de los bancos centrales de las principales economías, han conseguido estabilizar los mercados financieros (en los que el sector asegurador es uno de los grandes inversores institucionales), con las medidas de expansión cuantitativa aplicadas a través de amplios programas de adquisición de activos. Al mismo tiempo, están aplicando políticas monetarias acomodaticias en apoyo de la economía real, con bajadas de tipos de interés, acompañadas de paquetes de medidas de expansión fiscal de los gobiernos, en función de las posibilidades de cada país, entre las que se aprecian diferencias significativas por el menor espacio inicial de maniobra de los países emergentes y de algunos países desarrollados.

Todas estas medidas resultarán de gran ayuda al sector asegurador, que depende en gran manera del desempeño del ciclo económico y del buen funcionamiento de los mercados financieros, aunque el entorno de bajos tipos de interés que se va a prolongar por largo tiempo impactará de forma negativa en sus balances, en su rentabilidad y en el desarrollo del negocio de los productos de Vida ahorro. En la Gráfica 1 puede apreciarse la caída en los tipos de interés libres de riesgo a lo largo de toda la curva en la Eurozona y, especialmente llamativa, la caída de tipos de interés en los Estados Unidos (véase la Gráfica 2). Sin embargo, en este último país son más habituales los productos de seguros de Vida inversión, más ligados al desempeño de los mercados de valores, que han tenido un mejor comportamiento durante la presente crisis en aquel mercado.

Las economías emergentes se enfrentan igualmente a una caída de su negocio asegurador, como ha sucedido en las crisis más severas vividas en las últimas décadas. En Brasil, las expectativas económicas para 2020 anticipan una caída del PIB a consecuencia de la pandemia en un rango entre el -5,3% y el -5,6%, frente al crecimiento real estimado en 2019 del 1,1% (1,2% en 2018). En México las expectativas económicas para 2020 anticipan una contracción económica a consecuencia de la pandemia que podría estar en una horquilla entre el -9,6% y el -9,8%, tras el crecimiento de -0,3% de 2019 (2,2% en 2018). Las acusadas caídas del PIB previstas para este año en los mercados emergentes perjudicarán el desarrollo de sus respectivos sectores aseguradores, particularmente el negocio de No Vida. Sin embargo, las políticas monetarias acomodaticias adoptadas por el Banco de Brasil y por el Banco de México ha motivado que las curvas de tipos de interés libres de riesgo de sus mercados respectivos hayan adquirido una pronunciada pendiente positiva en el tramo corto de la curva (véanse las Gráficas 3 y 4), lo que está generando un entorno favorable de tipos de interés en ambos mercados al poder ofrecer tipos garantizados a medio y largo plazo superiores a los tipos a corto (prima por plazo), que puede suavizar el efecto negativo de la contracción del PIB sobre sus respectivos negocios de seguros de Vida ahorro y rentas vitalicias.

En España, el comportamiento del negocio asegurador en los nueve primeros meses de 2020 continúa mostrando pautas muy similares a las de las últimas crisis económicas, con una caída pronunciada en el negocio de autos y un retroceso de los multirriesgos del comercio. El segmento más afectado sigue siendo el negocio de Vida ahorro, que ya venía sufriendo con anterioridad a la crisis derivada de la pandemia. Los seguros de salud, sin embargo, se comportan de forma anticíclica y continúan creciendo, ayudados por la propia naturaleza sanitaria de la presente crisis. Los seguros del hogar y comunidades, por su parte, solo se desaceleran, mostrándose resistentes, y sufren otras líneas de negocio de menor peso como los seguros de asistencia en viaje, con fuertes retrocesos.

En el ámbito supervisor, el “Joint Committe” o Comité Conjunto de las Autoridades Europeas de Supervisión de banca, valores y seguros (EBA, ESMA y EIOPA) en su último informe sobre riesgos y vulnerabilidades del sistema financiero en la Unión Europea pone de relieve que el brote de coronavirus ha traído consigo importantes disrupciones sociales y retos para la economía que tendrán un impacto inevitable en el sector financiero, concretando los problemas a los que se enfrentarán la banca, los fondos de inversión, las entidades aseguradoras y los fondos de pensiones. La intervención de los bancos centrales, así como los mensajes de las autoridades fiscales de un amplio rango de medidas de apoyo a la economía, tanto a nivel nacional como de la Unión Europea, ha devuelto estabilidad a los mercados financieros, que sufrieron durante los meses de febrero y marzo una de las caídas más rápidas de la historia moderna (cercana al 40% en un período de veinte días para los principales índices, que obligó incluso a algunos fondos de inversión a suspender temporalmente los reembolsos). En parte, esta caída estuvo motivada por el rápido movimiento de los inversores hacia la liquidez (“dash for cash”). Sin embargo, la prolongación del entorno de bajos tipos de interés por más tiempo supone un reto para la rentabilidad de la banca, para las compañías aseguradoras de Vida y para los fondos de pensiones. Apunta también que, desde el mes de mayo, los inversores han empezado a diferenciar entre emisores y clases de activos, en un entorno de deterioro de los fundamentales económicos, en el que las preocupaciones sobre el riesgo de crédito empiezan a materializarse.

Por otro lado, el “Joint Committe” pone de relieve que los bancos europeos partían antes de la crisis de una fuerte posición de capital, pero advierte que la dispersión en las posiciones de solvencia individuales permanece alta y algunos bancos que entraron en la crisis con menores niveles de capital y mayores exposiciones de riesgo pueden enfrentarse a importantes retos. En cuanto a las entidades aseguradoras, el informe pone también de relieve su razonable posición de solvencia antes del shock provocado por la pandemia, con un ratio de solvencia agregado del 213% al cierre de 2019. No obstante, los bajos tipos de interés libres de riesgo, las mayores primas de riesgo (“double-hit scenario”), el deterioro crediticio de los activos y la incertidumbre económica pueden tener un impacto negativo en su solvencia y en su rentabilidad en el medio y largo plazo.

El análisis completo en torno a las perspectivas económicas y sectoriales con información adicional y gráficos interactivos sobre la Eurozona, Alemania, Italia, España, Reino Unido, Estados Unidos, Brasil, México, Argentina, Turquía, Japón, China y Filipinas puede encontrarse en el informe Panorama Económico y Sectorial 2020: perspectivas hacia el cuarto trimestre, elaborado por MAPFRE Economics y que se encuentra disponible en el siguiente enlace:

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